Tengo muchísima energía. Mi necesidad de “hacer” y no perder el tiempo, es casi incontenible. Por eso desde muy pequeña me inscribía en cuanta actividad, curso o grupo de “algo” que estuviera disponible, I needed to feel useful. Mis padres me tuvieron muchísima paciencia, no ha sido nada fácil llevarme el trote.
Les cuento rápidamente. En una época tuve una banda, escribía canciones y cantaba en televisión; trabajé en la organización de voluntariado social de mi universidad –Entre Todos-; he pertenecido a diversos grupos de baile y fui profesora de Street Jazz hasta hace poquito-. He montado coreografías para competencias, participé en varios clubs de lectura y he trabajado como guía en campamentos. He estudiado inglés y francés y soy fotógrafa –mayormente autodidacta, pero con un par de cursos básicos en los bolsillos-.
Además de esa necesidad de “hacer”, mi naturaleza ariana siempre me ha impulsado a “emprender”. Desde comerciar heladitos de frescolita a mis vecinos, hasta venderle ropa a mis amigas del colegio, siempre me ha gustado sentirme económicamente independiente. Terminando la universidad, junto a una de mis mejores amigas, creamos una línea de ropa para bailarinas –Kinestesia- y diseñábamos, confeccionábamos y vendíamos mallas, medias pantys y faldas de ballet a varias academias de baile en Caracas. Paralelamente monté una empresa de fotografía –Fotomov- donde tomaba fotos en los actos de fin de curso de colegios y escuelas de baile, y le vendía las fotos impresas a los padres a través de un sistema de compra por stand. Esta empresa funcionó durante casi 5 años y fue una gran escuela en mi vida.
Pero en el 2014 todo cambió. Me comprometí con el hombre maravilloso que hoy es mi esposo, decidí dejar mi país de origen para mudarme a Miami, tuve que cerrar mi empresa –Fotomov- y comenzar un proceso de adaptación – vida de casada en un país lejos de mi familia y mi zona de confort-. Decidí tomarme un break laboral para reencontrarme, buscar en mí cosas que con tanto ajetreo había perdido.
Cristina Yépez, la mujer decidida, emprendedora e independiente, descubrió el regocijo en el amor por el hogar. Mi ascendente Cáncer se manifestó con dulzura y me llevó a enamorarme de la cocina, de la nutrición a través del cariño, del cuidado de mi “nueva casita” y el disfrute pleno de mi nueva vida de casada. Me convertía de vez en vez en un cangrejito vulnerable, romántica y sentimental, que pasaba horas viendo recetas para conquistar a su esposo a través de la comida.
Pero mi energía ariana seguía allí, latente, y poco a poco he tenido que aprender a combinar mi amor por el hogar con mi necesidad de emprender y sentirme independiente. Encontré la manera de unir una de mis pasiones –la fotografía-, con mi amor por los ambientes familiares. Así fue como creé una nueva empresa de fotografía, The Memory Land, donde me dedico a convertir los momentos felices de familias, bebés y niños, en recuerdos inmortales a través de mis fotos. Es un trabajo espectacular, y me permite emprender en un ambiente familiar, donde me aferro emocionalmente y muestro mi interior. Tengo mucho amor para dar a través de mi arte.
Ahora mi energía está canalizada de forma diferente. No me interesa ser una business woman y crear una empresa de millones de dólares –típico de Aries-. Tampoco quiero ser ama de casa a tiempo completo y vivir cocinando –típico de Cáncer-. Mi objetivo es conseguir un equilibrio donde pueda mantener a flote todas mis facetas –la necesidad de bailar, la paz interior cuando canto, la pasión por la fotografía, la liberación con la escritura, la fascinación por la astrología, la curiosidad por la cocina saludable, las ganas insaciables de viajar- mientras soy una excelente esposa, una madre ejemplar y sobretodo, una mujer en constante crecimiento personal y espiritual. Parece imposible, pero no lo es. De eso se trata este blog.
20 facts about me
- Digo incoherencias dormida casi todos los días de mi vida
- El dulce, en cualquier presentación, es mi mayor debilidad -I am working on it-
- Soy muy ansiosa y nunca he podido dejar de morderme las uñas
- Me gusta decir “Hola” sonriendo
- El frío mientras más de lejitos, mejor
- No me gustan mis piernas y lucho todos los días por aceptarlas como son
- Canto desde muy chiquita y nunca me dediqué a este don profesionalmente, pero cuando estoy en el baño me creo Christina Aguilera y le doy con todo
- El blush rosadito nunca falta en mi cartera -y a veces se me pasa la mano y quedo rosada-
- Soy mandona y muy exigente, pero también soy el ser más autocrítico del planeta y siempre intento mejorar
- No uso prendas costosas –excepto mi anillo de compromiso- y podría usar los mismos sarcillos por meses, hasta que se me pierda alguno
- Fui profesora de jazz coreográfico por 5 años, pero mi memoria a corto plazo es patética
- Soy una preguntona de primera clase y ABSOLUTAMENTE TODO me da curiosidad –menos los deportes masculinos, lo admito-
- Me encanta cocinar pero no sigo las recetas al pie de la letra. Soy la reina del ojo porciento.
- No me gusta que me toquen la pancita después de comer, ni por equivocación
- Doy las gracias todo el tiempo pero estoy trabajando en pedir las cosas “por favor”
- Siempre le repito a la gente que quiero, cuanto los quiero
- Antes de comprar algo en el súper, siempre leo la etiqueta con los valores nutricionales con mucho detalle
- Estoy en la búsqueda constante del crecimiento espiritual
- Todavía regalo fotos impresas
- Odio limpiar pocetas (mi esposo lo hace por mí)
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