Por favor, ¡no me faltes el respeto!
Hoy quiero escribir sobre el respeto, palabra y actitud que a muchos parece habérseles olvidado.
Reconozco que tengo cierta tendencia a pelear, es verdad, mi esencia es Ariana y ya que lo descubrí, lo estoy trabajando. Por mucho tiempo me he callado en muchas situaciones donde siento que me están faltando el respeto para evitar “confrontaciones”. Me digo: Cristina, deja esto así, tú eres la que decides si esto te va a afectar o no, así que decide que no lo haga”
Pero con el tiempo he entendido que esa “técnica” no siempre funciona. ¿Por qué? Porque si la gente no sabe qué es para ti una falta de respeto, van a seguir cometiéndola, adrede o no. Uno debe comunicar las cosas, OJO, hay que saber cómo comunicarlas, sin ofensividad, sin faltarle el respeto al otro, pero decirlas, porque para eso nos dieron una boquita, una voz, y aprendimos un idioma.
Antes de descarga en estos párrafos, debo aclarar qué significa para mi que me falten el respeto. Pues se trata de cruzar los límites que yo misma establecí para ciertas cosas en mi vida -que OJO, no son iguales a los de nadie, cada uno tiene sus límites-. Significa pasar por encima de mis valores, de la manera en cómo establecí mis reglas, la manera cómo decido transitar en esta vida. Es por eso que hay que tener mucho cuidado, porque uno no conoce donde están los límites de las personas hasta que los cruza y es mejor no llegar a ese momento. Por eso existen “formalismos sociales” o “códigos comunitarios” -como lo quieran llamar-, que uno respeta, porque son los “boundaries” mínimos para la buena convivencia.
Si alguno de los que me conoce está leyendo estas líneas, quiero que por favor eviten hacer o decir lo siguiente -aclaro, hacer o decírmelo a MI- porque me parece una falta de respeto:
1. La ligereza. No pedirme las cosas prestadas sino agarrarlas porque dan “por sentado” que no las estoy usando. Un momentico, perfecto que ustedes sean generosos de gratis y permitan que se lleven sus cosas sin su consentimiento, pero es muy soberbio pensar que todos somos así. Yo presto mis cosas con el mayor gusto del mundo, Sí y siempre sí, primero me las piden por favor y segundo, YO considero que la persona es suficientemente responsable para devolvérmela en buen estado. Si no, lo siento, PERO NO. Yo le echo mucha bola para ganarme todo lo que tengo y me molesta enormemente que me avisen -incluso después de haberlo hecho- que se llevaron algo mío (así sea un pote de acetona)
2. Los encargos Miami-Caracas cada vez que voy a visitar. Sí, yo sé como está la situación en Venezuela y que muchas cosas hay que llevarlas de USA porque allá no se consiguen, pero mi apartamento NO es un casillero internacional. No me gusta estar nerviosa cuando paso por aduana, y lo más importante, ya estoy llevando cosas para mi familia. Ay chica, es solo un shampoo. Sí, para ti un shampoo, para el otro unas pastillas, para este un celular… Y cuando sumas, una maleta entera son encargos y yo asustada que me abran la maleta, que me pidan las facturas. Los peores son los que me avisan después de que ya enviaron el paquete a mi casa. Es una falta de respeto, para mí lo es y por eso yo evito a toda costa pedirle este tipo de favores a la gente que viaja. Bravo por los que lo hacen -OJO, yo he tenido que hacerlo y cuando tengo espacio a veces me ofrezco- pero existen los courriers.
3. La comparación con alguien más. Miren señores, yo creo que esto es una falta de respeto para cualquiera. Nadie es como nadie, y comparar es minimizar, porque es ver solamente una de las muchas caras de las personas, para colocarla de lado de otra que está en otras circunstancias, que tiene un recorrido diferente, metas distintas, en fin, otra vida. Yo soy yo y sí, me gustan muchas cosas y por eso hago mil actividades, pero por estudiar Astrología no soy Mia Astral, ni por ser fotógrafa soy Ariana Arteaga, ni por bailar y cantar me las tiro de artista. Uno puede tener personas a las que admira, pero en mi caso personal no intento ser como nadie. Lucho todos los días por encontrarme y conseguirme así que si usted quiere compararme con alguien, perfecto, pero no me lo diga porque no me aporta y me parece una falta de respeto.
4. No ser consecuente con los favores. Miren, yo sé que uno no debe hacer las cosas para recibir algo a cambio, que cuando uno regala algo o hace cualquier buen gesto para una persona, lo hace porque se siente feliz haciéndolo y ya, y punto, se acabó. Pero es una falta de respeto cuando alguien que te ha ayudado tanto, te pide un favor, y tú no tienes ni el deseo de recordar todo lo que el otro ha hecho por ti. Me ha pasado muchísimo. Por ejemplo, regalo una sesión de fotos -que pana, es un trabajón, es mi traslado, mi tiempo allá, mis horas editando, etc etc etc-, no espero tu dinero, a veces ni las gracias, pero si a los 3 meses necesito que me hagas una segunda, coño pana, ¿con qué cara me ignoras o me niegas el favor? Todo lo que somos en esta vida es un cúmulo de enseñanzas que nos han dejado otros, sí, otros. A mucha gente le debemos mucho. Es una falta de respeto no recordarlo.
5. La impuntualidad. Tengo bastantes amigos y conocidos que me han hecho esperar para muchas actividades y de verdad, es de las peores faltas de respeto. No llegar a la hora es decirle a la gente tácitamente que no te importa su tiempo, ni la planificación que tienen en su día, ni las otras actividades, ni nada. Y OJO, yo entiendo los imprevistos y los accidentes, pero si me haces esperar porque te tardaste maquillándote o te estabas comiendo algo, o whatever, es por mala planificación tuya y es una falta de respeto que me hagas parte de ella. Y perdón los que ahora mismo se sientan aludidos, pero no estoy diciendo nada descabellado.
6. No valorar mi trabajo. Ser fotógrafo es mucho más que tener una cámara grande y darle click. Para llegar aquí, he invertido muchas horas en cursos, en lecturas, en la calle, he cambiado 14 veces de equipos, he gastado un dineral en lentes, flashes, trípodes. He sufrido de dolores de espalda por pasar tanto tiempo de pie, me operaron la muñeca derecha por el daño que causa el peso de la cámara. Me quemo las pestañas diseñando estrategias para mis redes sociales, me he peleado con 25 programadores por terminar mi website, hay gente que trabaja conmigo a quien debo pagarles. Estructuro planes de negocio, pago por servicios para ofrecer un mejor servicio, uso mi carro, le meto millas, pongo gasolina, paso horas editando fotos, respondiendo correos… COÑO, no me regatees mi trabajo, es una falta de respeto ni siquiera asomarse a pensar que hay detrás de una marca linda con un globito. Yo no sé que hace un contador, un odontólogo o un abogado, pero sería incapaz de decirle: Ay vale, pero ¿que tan complicado es eso si tu gozas mientras trabajas? Sí, pero es un trabajo y hay que pagar cuentas, así que respetarlo es entender que hay muchas actividades detrás.
7. Meterte y opinar sobre cómo hago las cosas en MI VIDA: solo tengo que agregar una frase a esto: usted de consejo, sólo cuando se lo pidan. Punto y final.
Sé que este post puede tener un tono molesto y muchos dirán que soy una “hater” pero lo escribo porque callarse este tipo de cosas enferma, y no estoy ofendiendo a nadie, simplemente estoy escribiendo lo que siento y el que tenga una relación cercana conmigo, espero que lo lea para que nunca cruce estos límites porque ya saben que soy bastante sensible ante este tipo de actitudes. Guerra avisada no mata soldado. Au revoir!